Jean-Jacques Laffont, un economista francés especializado en economía pública y economía de la información, manifestó que “las externalidades son efectos indirectos de las actividades de consumo o producción, es decir, los efectos sobre agentes distintos al originador de tal actividad (y) que no funcionan a través del sistema de precios”. Si nos detenemos en la externalidad positiva, ésta se refiere a cualquier tipo de repercusión indirecta que tiene beneficios experimentales para un tercero, siendo generalmente un agente económico quien lo recibe sin tener que pagar por ello, al contrario de lo que pasa con la externalidad negativa.
La pura realidad es que cualquier acción que realiza una persona dentro de la sociedad actual, por muy pequeña o simple que pueda parecer, provoca cierto efecto sobre los demás, por lo que este tipo de externalidad surge en el momento en el que la acción que se toma como individuo, familia o empresa provoca un efecto secundario muy agradable y útil en el resto de personas.
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Ejemplos de externalidades positivas
La externalidad positiva se da cuando un Estado o una institución crea un centro médico con el objetivo de ofrecer a los ciudadanos de una zona una atención médica primaria. Lógicamente, este tipo de acción provoca unos efectos positivos directos, incluso algunos indirectos porque no son visibles para todos.
Por ejemplo, un día este centro médico salva la vida de una niña de 4 años y después de 20 años se convierte en una ciudadana ejemplar, incluso llega a ser una de las científicas que descubre una vacuna para evitar una pandemia. Entonces, los beneficios irradiados para todo el mundo serían enormes, por lo que los efectos indirectos de este centro de salud son muy positivos, sin la necesidad de pagar por sus beneficios.
Otro ejemplo específico es que si un grupo decide instalar placas solares en el vecindario se consume menos energía y no contribuye al calentamiento global porque no emite sustancias tóxicas ni contaminantes del aire, lo que conlleva a que sea un efecto muy positivo para el planeta Tierra.
Otros ejemplos de externalidades positivas
- Campaña de vacunación en el vecindario: toda una comunidad decide vacunarse y eso disminuye la posibilidad de que se extienda la enfermedad, ya sea por contacto directo o indirecto. Hay que tener que la poca probabilidad de enfermarse es un beneficio privado pero también social porque quienes le rodean tienen menos posibilidad de infectarse si la persona en cuestión no la tiene.
- Agricultor ajardina su tierra: una persona que cuida su tierra y la ajardina correctamente consigue un efecto directo hacia su persona, pero también a nivel general porque hace el campo sea mucho más bonito e incrementa el valor de las tierras que hay alrededor.
- Cría de abejas: la apicultura es la actividad dedicada a la crianza de las abejas, las cuales forman colmenas y producen miel, lo que le lleva al apicultor a poder vender dicho alimento para beneficio propio. Eso sí, estos animales polinizan los campos y las granjas cercanas, lo que provoca el aumento del rendimiento de las granjas de alrededor.