¿Qué es la despersonalización? Se trata de una experiencia totalmente subjetiva al ser una alteración de la percepción en el que uno se siente “separado” de los procesos mentales o de su propio cuerpo, teniendo en cuenta que generalmente suele ser temporal. La persona que sufre este tipo de alteración manifiesta que “la vida se siente como una película” o que “las cosas se sienten irreales o difusas”, además de no tiene concentración o necesita hacer más esfuerzo.
Este tipo de sensación de despersonalización suele ocurrir cuando una persona consume habitualmente drogas psicótropas o alcohol, experimenta un cansancio físico extremo o tiene privación de sueño prolongada, pero más aún cuando padece ansiedad (sentimiento de miedo, temor e inquietud) o abuso mental constante, también conocida como violencia emocional.
A continuación te vamos a mostrar una experiencia de una persona con despersonalización para que puedas ver qué es lo que puede llegar a sentir.
Ejemplo de despersonalización
Tenía 25 años cuando tuvo su primer episodio de despersonalización y lo que experimentó fue un ataque de pánico, las paredes se estrechaban y sentía que sus manos no le pertenecían. Sentía como si no estuviese en su propio cuerpo, como si la realidad poco a poco se fuese desmoronando, así que se fue a la cama pensando en que se le pasaría pero no fue así.
Al día siguiente intentó seguir como si nada pero al oírse hablar a si mismo le parecía que su voz era la de otra persona, como si se hubiera desconectado de todo y de todos.
Unos días después tenía que hacer un viaje y en el autobús se sentía muy aterrorizado, además estaba sentado en el lado de la ventana y el paisaje del exterior le hacía sentirse abrumado, incluso pensaba que nada de eso era real. A los días, gracias a la ayuda médica, supo que estaba experimentando trastorno de despersonalización.
Cuando una persona sufre trastorno de despersonalización suele sentir que observa un cuerpo que no es el suyo, teniendo en cuenta que a veces esa sensación es pasajera y otras veces no.
Al principio intentó superar esa alteración mental, pero al no hacerlo se frustraba más y eso derivó en más ataques de pánico. No solo esto, también le costaba comer y eso le hizo perder 3 kilos en un solo mes.
Para él lo peor del día era la mañana, así que optaba por quedarse en la cama con las persianas bajadas, lo que le llevó a ser una persona que era incapaz de concentrarse ni en las tareas del día a día. Se sentía horrible, incluso miraba a su gato y sentía que ese animal de compañía era un extraño, lo que le confundía y le angustiaba por completo.
Por último, cabe señalar que esta persona podía seguir haciendo su vida, pero esa sensación de despersonalización y desapego le invadía continuamente y le causaba el no poder disfrutar de nada.