La muerte forma parte del ciclo natural de la vida aunque eso no quita que sea un golpe demasiado duro y que desate ciertos sentimientos como la impotencia, la angustia, la tristeza, el sufrimiento y el miedo en aquellas personas que tienen que enterrar o incinerar a un ser querido. En ese momento lo que se debe hacer es dar consuelo a los allegados, recordar las virtudes de la persona fallecida y elogiar su legado pensando en todo aquello que ha vivido.
En ocasiones se pueden usar oraciones fúnebres, las cuales se enfocan en pedir a Dios por el alma del difunto en cuestión y a la virgen y los Santos por darle paz y calma, además hay ocasiones en las que se hace referencia a las cualidades que tenía, como si fuese un homenaje en su nombre.