La caricatura nació en Bolonia a finales del siglo XVI y se define como un retrato en el que, con intención crítica o humorística, extrema o desfigura la apariencia física de uno o varios individuos con el objetivo de estimular el sentido del humor y reflexionar sobre la autoimagen. La técnica que se usa es la de destacar los rasgos más marcados y exagerarlos o simplificarlos, siempre con un toque de humor.
Algunas de las características más destacadas son las siguientes:
- Se realiza únicamente con palabras o con imágenes.
- Se ve como una obra de arte.
- Usa un lenguaje metafórico y satírico.
- Destaca rasgos físicos y faciales o, actitud y modales.