Las figuras literarias, también conocidas como figuras retóricas, se usan para manifestar alguna idea poniéndole un mayor énfasis, además de dotarla de expresividad, vivacidad o belleza, siempre con el objetivo de transmitir algo en el lector. Una de ellas es el epíteto y se define como una figura que introduce algún adjetivo que resulta innecesario al no añadir ninguna información suplementaria porque resulta bastante obvio.
Hay 2 tipos de epítetos:
- Objetivo: expresa una cualidad objetiva del sustantivo, brindando así una descripción del mismo.
- Subjetivo: expresa una cualidad subjetiva del sustantivo, según la evaluación moral o estética del receptor.
Si quieres conocer ejemplos de epítetos, te animamos a que sigas leyendo este artículo al mostrarte algunos en prosa y otros en poesía.
Ejemplos de epítetos en prosa
- La dulce miel de tus labios me recordó al viaje que hicimos de luna de miel.
- La bella joven descansaba en el verde prado mientras las mariposas volaban a su alrededor.
- La fría luna se reflejaba completamente en el profundo mar de la Costa Brava.
- Arrojó las fotografías en las ardientes llamas y estas se consumieron rápido.La roja sangre que emanaba fuera de él se mezcló con el oscuro suelo del hogar.
- Sonrió tras probar el dulce azúcar que había en el tarro de vidrio.
- El horrible monstruo se acercaba cada vez más hacia nosotros para asustarnos y devorarnos.
- La blanca nieve llenó mi jardín y mi perro Lukas salió a correr por ahí.
Ejemplos de epítetos en la poesía
Volverán las oscuras golondrinas
Volverán las oscuras golondrinas
en tu balcón sus nidos a colgar,
y otra vez con el ala a sus cristales
jugando llamarán.
Pero aquellas que el vuelo refrenaban
tu hermosura y mi dicha a contemplar,
aquellas que aprendieron nuestros nombres….
ésas… ¡no volverán!
Volverán las tupidas madreselvas
de tu jardín las tapias a escalar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
sus flores se abrirán.
Pero aquellas cuajadas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y caer como lágrimas del día….
ésas… ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar,
tu corazón de su profundo sueño
tal vez despertará.
Pero mudo y absorto y de rodillas
como se adora a Dios ante su altar,
como yo te he querido…, desengáñate,
así… ¡no te querrán!
La amistad es una ráfaga de peces luminosos
La amistad es una ráfaga de peces luminosos,
y te arrastra hacia un océano feliz de mariposas.
La amistad es un plañir de campanas
que invocan el aroma de los cuerpos
en un jardín amanecido de heliotropos.
Amistad es lo mismo que una mano
que en otra mano apoya la fatiga
y siente que el cansancio se mitiga
y el camino se vuelve más humano.
Grande riqueza, dulce compañía
es la del ser que llega con el día
y aclara nuestras noche interiores.
Fuente de convivencia, de ternura,
es la amistad que crece y se madura
en medio de alegrías y dolores.