La descripción explica de forma concreta y estructurada cómo son los animales, los lugares y las personas, todo esto para aclimatar la acción e inventar una atmósfera para que los hechos narrados parezcan más creíbles. A menudo, ayuda a parar la acción y a organizar el escenario de los hechos que van a ocurrir a continuación.
En el arte de la descripción de personas es más fácil cuando se sigue un orden concreto, por ejemplo, empezar con los aspectos físicos resaltando los más peculiares, siguiendo con el comportamiento ya sea familiar, social y profesional, y terminando con los rasgos espirituales, incluyendo, los intelectuales y afectivos.