El cuento se define como un relato real o ficticio que tiene una trama protagonizada por unos personajes situados en un espacio determinado. Uno de los géneros es el policíaco, aquel en el que la historia trata sobre un delito y se debe buscar quien ha sido el culpable, utilizando un personaje que anhela aclarar los hechos y hacer justicia.
Este tipo de narración comenzó a lo largo del siglo XIX, en el momento en el que el cientificismo destacó, además del afianzamiento del estilo de vida de las urbes. Edgar Allan Poe un escritor de nacionalidad americana fue el primero en mostrar este género con Los crímenes de la calle Morgue.
Hay cuentos de diversos géneros como el terror y el fantástico, y en este artículo se van a desarrollar dos ejemplos de cuentos policíacos.
Asesinato misterioso
Un pescador encontró en el puerto un cadáver envuelto en una manta y decidió llamar a la policía, quienes se presentaron en el lugar de los hechos acompañados de los de análisis de investigación, además de llegar periodistas y más transeúntes.
La comisaria Márquez junto a su equipo decidió ponerse a rastrear la zona para encontrar alguna pista mientras que los expertos analizaron el cadáver para después levantarlo y llevarlo a la morgue para hacer un análisis exhaustivo. El forense se dio cuenta que la causa de la muerte habían sido varios golpes en la cabeza, además de que en una uña había restos de ADN, al analizarlo se confirmó que había sido el propio pescador quien lo había asesinado y la comisaria mandó detenerlo.
En el momento del interrogatorio, éste no pudo soportar la presión y confesó, siendo el motivo del mismo los celos porque el asesinado tenía una vida feliz junto a la ex-novia del pescador.
El robo del cisne
En una noche fría y helada una mujer vestida de blanco y con un antifaz negro asalta una casa con el fin de robar los bienes más preciados de la señora difunta aprovechando que los residentes están en una fiesta de la vecina.
A la mañana siguiente el padre que es un político muy importante ve que faltan las joyas de su difunta mujer y decide llamar al 112. Al llegar al hogar, la policía se pone a investigar y en la piscina encuentra un trozo de tela blanca y unas huellas que las vinculaban con la casa de la vecina. Se dirige al lugar y llama al timbre, momento en el que sale una mujer alta y esbelta y la policía comienza a hacerle una serie de preguntas, a lo que ella responde que no sabe nada del robo. La policía en su casa se pone a pensar en el caso y se da cuenta de que en ningún momento le había mencionado el tema del robo en sí, ahí se da cuenta de que puede ser la principal sospechosa.
Ella ordena ponerle un espía y al cabo de horas pillan a la mujer con las joyas, ya que las quería sacar de la casa y llevarlas a otro lugar. Decide detenerla e interrogarla, desvelando que la fiesta había sido una tapadera para poder robar sin problemas a la familia del político.