Ejemplos de diminutivos

¿Qué son los diminutivos? Se conocen como sufijos que se le añaden a los vocablos o a su raíz para formar una palabra derivada con el objetivo de señalar y denotar la condición de pequeño, expresar diversos tipos de afectividad o suavizar una expresión cualquiera. Cabe señalar que si fuese necesario expresar la condición de pequeño de manera formal, lo mejor es recurrir al adjetivo pequeño acompañado de un sustantivo.

Existen diminutivos de la lengua general y al usarse dentro de un registro muy informal es habitual que circulen en ámbitos más localizados, además de describirse como sufijos que no forman un grupo demasiado estructurado por el idioma.

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Ejemplos de aumentativos

Los aumentativos son unos sufijos que se adhieren a los vocablos para manifestar intensidad o grandeza, teniendo en cuenta que la mayoría de palabras a las que se agregan son sustantivos y adjetivos. Es una clase de sufijo que se usa mucho en el lenguaje coloquial, urbano y popular de ciertas zonas e idiomas, y por esta razón, normalmente no se incluyen en diccionarios o enciclopedias

Los sufijos aumentativos que más se usan en la lengua española son los siguientes:

  • ón
  • azo
  • ote
  • ejón
  • achón

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Ejemplos de palabras terminadas en miento

La palabra es un término fundamental en el ámbito de la comunicación y manifiesta una parte funcional de una expresión que está condicionada por las pausas y la acentuación. La mezcla de un conjunto de vocablos y sus correspondientes significados hacen que se generen oraciones ofreciendo como resultado final un significado personal y muy concreto.

Hay palabras que terminan con un sufijo, es decir, afijo o morfema que se escribe al final del vocablo o después de la raíz o lexema y en ocasiones hace que se modifique el significado. Normalmente el sufijo no tiene más de 5 letras y uno de ellos es “miento” que deriva del latín mentum.

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Ejemplos de sufijos

El sufijo se define como una elaboración gramatical que se sitúa dentro de los afijos, es decir, son la mínima unidad lingüística que se coloca al final de una palabra y le cambia su significado o no. Este tipo de afijo tiene procedencia griega, latina o de construcción local y se emplea en muchos de los vocablos que componen el castellano.

Es importante destacar que hay dos tipos de sufijos:

  • Flexivos: lo que producen es una modificación en el número y en el género, además de ser fundamentales para conservar las normas de correlación, por ejemplo, “a”, “os”.
  • Derivativos: los que forman una palabra diferente que incluso puede variar de tipo de clase, por ejemplo, “ción”, “ero”, “eza”.

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